Ponle sentido común a tus relaciones a través del móvil.

Las nuevas tecnologías son una gran ayuda para la comunicación, si se manejan con sentidiño. Claro que cada cual tiene su concepto de sentidiño.

Hay un par de ideas que ayudarán a discernir si nuestras relaciones personales están en buena forma, a través del uso que hacemos del móvil. Como siempre, lo que planteo aquí es cuestionable. Mi principal fuente de información son las personas con las que hablo y trabajo cada día.

La primera idea:

Malo, cuando se utiliza el móvil como forma de control.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es blogbreadcrumbing.jpg

Y entonces escuchas:

Yo no lo hago para controlar…, la otra persona está de acuerdo…, me da tranquilidad…, tenemos tanta confianza que conocemos las contraseñas del otro…, no tenemos nada que ocultarnos, si no cedo se enfada…

Nos alejamos de algo verdaderamente importante: si tú quieres mantener una relación sana, sea de amistad, de pareja, familiar, o de trabajo… es crucial dar a valer tu derecho a la intimidad y a la no intromisión de otrxs. Eso incluye el móvil y el hecho de que no tenemos que estar disponibles a todas horas.

«Es que sale de trabajar a las tantas de la madrugada y hablamos un rato», o » Soy yo quien hace de despertador cada mañana porque si no, no se levanta», o «Me llegan mensajes de trabajo a cualquier hora, también en festivo»

Establecer una relación en la que me siento en constante tensión y en la que el centro de mi vida es estar-pendiente-del-móvil-y de-determinadas-personas, no ayuda al bienestar personal. Y algo muy importante que debemos saber: este tipo de comportamientos favorecen mucho las relaciones basadas en la manipulación. Manipulaciones del tipo de:

Si me quisieras querrías hablar conmigo… No estás cuando te necesito…, Así no me das confianza,…

La segunda idea:

Malo, cuando la otra persona se comunica exclusivamente cuando quiere, sin considerar cómo te afecta a tí.

Es bastante frecuente que, luego de entablar algún tipo de relación, una de las personas utiliza el móvil de forma errática o también como forma de controlar a alguien. Aquí son habituales las manipulaciones como la de «aparecer» o «desaparecer» sin empatizar ni un poquito con la otra persona.

Podemos estar durante semanas hablando todos los días casi a cualquier hora (¡ojo con esto!: hasta qué punto dejo mi vida para centrarme sólo en los mensajes del móvil) y, de repente, dejar de tener contacto. Y por mucho que lo intentamos, no obtenemos respuesta. Y encima, ¡nos sentimos fatal! y empezamos a revisar las conversaciones anteriores, por si dije algo inconveniente o que se pueda malinterpretar.

Si te ves en esa situación, te sugiero que reflexiones. No hay justificación para dejar de comunicar de esa forma. Podemos intentar un:

«Hola, ¿pasa algo?»

Si no hay respuesta caben dos opciones: o la otra persona está muerta, o no considera en absoluto cómo nos podamos sentir con su manera de actuar. Entonces nos toca tomar decisiones: ¿Realmente quiero estar con alguien que se comporta así? ¿Hasta qué punto estoy alejándome de las cuestiones importantes por anteponer lo que quieren los demás?

Hay muchas personas que temen quedarse solas, es uno de los grandes miedos de la humanidad, y me pregunto:

¿Priorizo tener compañía a costa de lo-que-sea?

Si es así, a lo mejor me toca trabajar el concepto que tengo de mí misma y mi autoestima, antes que las relaciones con los demás.

También cabe la posibilidad de que hagamos planes conjuntos que, a última hora, suelen romperse unilateralmente:

Habíamos quedado en vernos y estando de camino me manda un mensaje de que no… Dijo que me llamaría y estuve pendiente de su llamada y no sé nada desde entonces

Por supuesto, tenemos derecho a cambiar de opinión, también a última hora. Pero fíjate si es algo recurrente y cómo te hace sentir.

No significa que la otra persona lo haga conscientemente para que yo me sienta fatal. Pero es importante identificar cómo me gusta que me traten y cómo no. Entonces podremos manifestarlo claramente. Así los demás lo saben y pueden tenerlo en cuenta para otras ocasiones.

Pase lo que pase, nos interesa seguir tomando decisiones importantes, y la elección de las personas con las que quiero compartir mi tiempo es un asunto de gran embergadura.



Deja un comentario