TOC TOC: ¿Cómo mejorar la convivencia con una persona obsesiva?

Somos seres pensantes, pero los pensamientos son un problema cuando se convierten en obsesiones. Esto les sucede a las personas que sufren un trastorno obsesivo compulsivo (TOC)… y a otras muchas sin diagnóstico.

La forma de hacer las cosas que son habituales en las personas con trastorno obsesivo, pueden afectar negativamente a la convivencia: comportamientos repetitivos, ideas rígidas de cómo se tienen que hacer las cosas, preocupaciones absurdas, control de conductas, …

Como familiares o convivientes podemos ayudar a afrontar mejor las dificultades y marcar una influencia positiva. A continuación describo algunas pautas que nos ayudarán.

1º Nuestro allegado no sufre un trastorno porque quiera.

No puede dejar de pensar en sus preocupaciones y eso le produce gran angustia. Para comprenderlo mejor, es interesante informarnos de lo que es este tipo de trastorno. En la página de Recursos de este blog encontrareis una Guía para familiares.

Algunas quejas (referidas a los convivientes) de las personas con un trastorno obsesivo son: no me toman en serio, creen que lo hago porque quiero (la compulsión), se enfadan conmigo, … Resulta muy frustrante.

2º Evitemos burlas o descalificaciones.

Puede que no lleguemos a entenderlo nunca, pero sí podemos reconocer su malestar y ser comprensivxs. Está demostrado que las críticas no mejoran la situación ni el pronóstico. Y las etiquetas a las personas, tampoco.

3º Paciencia y paciencia.

Aceptemos que la persona tiene un problema y reforcemos nuestra paciencia. Evitaremos así enfadarnos sin necesidad cada vez que actúa de forma compulsiva, ni deterioraremos la relación interpersonal.

Ante una conducta obsesiva por el orden, por ejemplo, lo llevaré mejor si miro para otra lado y me digo «tranquila, no quiero darle más importancia» que si estoy pendiente de todos sus movimientos pensando «esto es insoportable, parece que lo hace adrede, ya lleva media hora recolocando el mueble…)

4º No reforcemos sus obsesiones.

Evitaremos entrar en los rituales, aunque nos lo pida (por ejemplo: que nos lavemos las manos por enésima vez, o que comprobemos algo…). Le recordaremos que es parte de su trastorno y que hacer nosotrxs lo mismo no le va a ayudar. Es una forma de poner límites a sus compulsiones, aunque eso le suponga desasosiego y ansiedad temporal.

Evidentemente, cuidaremos la forma de dar los mensajes: desde el cariño y respeto, no queriendo dar lecciones magistrales ni sermones. Podemos decir algo así: no voy a hacer lo que me pides porque reforzaría tu idea obsesiva,… sé que lo pasas mal en este momento pero vas a ver que luego no sucede lo que estás temiendo,… Esta situación ya la hemos vivido otras veces y luego estás bien, no pasa eso que piensas,…

5º Animar a nuestro allegado a pedir ayuda profesional.

Sin presiones ni exigencias. Pedir ayuda requiere de la propia voluntad de la persona. Mientras se decide a ello, es posible llegar a acuerdos para que en determinadas situaciones se reduzcan las compulsiones. Si hoy consigue una mejoría, por pequeña que sea, reforzársela expresamente. Si hoy no fue bien, tranquilizarlo y revisar lo que se puede hacer en el próximo intento.

Si nos informamos previamente sobre estos trastornos, sabremos que fluctúan mucho en el tiempo y que marcarnos expectativas sólo conseguirá frustrarnos, a nosotrxs y a la persona que lo padece. Las obsesiones son sensibles a las etapas de estrés y de cambios, por ejemplo.

6º Favorezcamos la autoestima.

Es importante refrescar las cualidades que nos gustan de esa persona y que son ajenas a sus obsesiones. La persona no sólo es el trastorno que padece; reforzar otras facetas suyas ayudará a relativizar las situaciones incómodas y mejorará también la convivencia.

Por último, quiero recordar que la decisión de pedir ayuda es de la propia persona afectada. El hecho de hablar abiertamente del trastorno, sin tapujos, y ofrecer información conforme existe atención especializada para ello, puede ser un primer paso para que valore iniciar tratamiento en algún momento.

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