FRASES QUE DEBEMOS EVITAR con lxs hijxs … y por qué.

Como madres y padres no queremos que lxs hijxs sientan el acoso de sus iguales ni que sean ellxs quienes acosen o abusen. La realidad nos dice que esas relaciones insanas se producen con más frecuencia de lo que pensamos. Según la fundación ANAR, en España, el 25% de estudiantes de primaria y secuendaria percibió que existía acoso escolar en su clase durante el curso 2021/22.

Me gusta insistir en que los comportamientos violentos y abusivos no suelen venir de repente. Es una espiral que va creciendo sin que nos demos cuenta. Por eso es tan importante detectar actitudes poco respetuosas, empezando por las nuestras, ya que somos modelos a seguir.

Como adultos toca ponernos las pilas. Seamos conscientes de que vivimos en un entorno que acepta cierto grado de violencia sin despeinarse No hay más que ver y escuchar a la clase política. Su actitud también trasciende y normaliza la violencia verbal, ¡y en qué grado!: burlas y motes, gritos, ninguneos, insultos, críticas destructivas, amenazas, negligencias,…

Con esa base es fácil instalarnos en relaciones poco respetuosas y abusivas, casi sin darnos cuenta. Y es lo que transmitimos a lxs más jóvenes. Intentemos no contagiarnos de tanta hostilidad y pongamos un poco de sentido común donde haga falta en la vida diaria.

Aquí os dejo algunos mensajes que damos como padres/tutorxs y que no interesan, si nuestro objetivo es que lxs jóvenes crezcan con salud a todos los niveles. Y está demostrado que el cómo nos relacionamos con los demás marca una gran diferencia en la vida de las personas.

FRASES A EVITAR Y POR QUÉ

1. Aquí se hace lo que yo digo… y punto!

Esta frase da por bueno que hay que hacer lo que dice la persona más fuerte. Niños y niñas aprenden que:

o eres débil y te toca hacer lo que quieren lxs demás, o eres fuerte y pasas por encima de ellxs.

De una manera u otra, no se dan relaciones igualitarias ni de respeto.

2. No llores, que no es para tanto // paraces tontx, como vas tener miedo! // no puedes tener calor si yo tengo frío…

La rapazada deja de expresar sus emociones porque no las reconocemos, no las damos por válidas. Quizá porque nos incomodan o porque no sabemos ni gestionar las nuestras propias; y las negamos, las ignoramos o las invalidamos.

Les enseñamos que lo que sienten no está bien e interpretan que lo que les pasa…. nunca es demasiado importante.

3. Si te pegan, tú pega.

En nuestro afán de protegerlxs, damos mensajes en los que «todo vale» con tal de que lxs hijxs no lo pasen mal, y damos por buena la violencia para resolver conflictos (incluso los pequeños conflictos).

Habrá niñxs que se defiendan pegando o insultando y otrxs que se sentirán incapaces de ello. Nuevamente, se promueven relaciones abusivas y desiguales. Es nuestra responsabilidad ampliar su abanico de recursos para que aprendan a resolver los problemas de forma pacífica.

4. Así no te va a querer nadie.

Con esta lindeza estamos diciéndoles que, por ser como son, nadie va a querer estar a su lado. Y encima se lo dice una persona que se supone que le está ayudando a crecer (¡¡!!). Es una manera durísima de minar la autoestima que tanta falta hace en estas edades.

Por supuesto, tendrá aspectos que mejorar, pero ya posee otros positivos que debemos valorar y, muy importante, manifestárselo.

5. Hazlo por mi, a ti que más te da? / Con las cosas que yo tengo hecho por tí / Mira cómo me haces sufrir…  

Con este tipo de expresiones estamos pidiendo que sacrifique sus preferencias para contentarme a mi o a otrxs. Y, si hace falta, haciendo que se sientan mal o culpables si no acceden. Es el típico chantaje emocional.

Así aprenden a ceder a los deseos de lxs demás, sin pensar en ellxs mismxs. Esto conlleva que no sabrán poner límites a las peticiones que les hagan. Les va a costar decir NO.

6. Vaya pinta lleva hoy tu compañera, eh! / Tu amigo parece tonto…

Si enjuiciamos a las personas y nos burlamos, estamos alentando y normalizando una actitud negativa e irrespetuosa.

Sin darnos cuenta, lxs hijxs dejarán de hablar abiertamente con nosotrxs, o dejarán de mostrarse como son, porque saben que también a ellxs los vamos a enjuiciar.

7. Mi hijo/a nunca haría eso.

Madres y padres conocemos a lxs hijxs en casa, pero no cuando están fuera. Ante las críticas que nos lleguen sobre un mal comportamiento, escuchemos e indaguemos sobre la situación antes de negarla rotundamente.

No se trata de culpabilizarlos ni de justificar las posibles faltas. Se trate de enseñarles respeto, empatía y ayudarles a asumir las responsabilidades que en cada situación les correspondan.

Tenemos más influencia de la que creemos. Trabajemos para que lxs más jóvenes establezcan relaciones sanas y respetuosas desde ya. Con un poco de tesón y buen hacer, puede que en los futuros Congresos de Diputados dejemos de escuchar las barbaridades que se han escuchado estos días.

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